LIBERALISMO,
JUSTICIA SOCIAL Y SALUD
Dr. Jorge Galindez*
La probabilidad de que en un
plazo no lejano gobiernen en nuestro país y en la provincia
coaliciones de corte liberal-neoliberal es sin dudas cada vez mayor.
Ante esta eventualidad resulta
interesante adentrarnos en la visión que se tiene sobre la protección de la
salud pública y de la justicia social en la filosofía liberal.
Es cierto que hemos tenido una
experiencia previa a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires durante la administración de Cambiemos y que
sí nos remitimos a esos años, “a fuer”
de ser sincero, pocos cambios pudieron apreciarse respecto a los gobiernos que
la precedieron respecto al abordaje del cuidado de la salud. La desaparición
del Ministerio y la incorporación del sector dentro del ámbito de Desarrollo
Social además de un grave error con alto costo político no produjeron acciones
que mínimamente pudieran identificarse con políticas neoliberales.
Pues bien, a poco de adentrarnos
en la teorización del tema -liberalismo,
salud y justicia social- vemos con nuestros ojos no entrenados es la filosofía
pero sí en la realidad fáctica de la actividad hospitalaria y el cara a cara
con los pacientes, que lejos de presentar una claridad conceptual como vemos en
otras áreas, los argumentos centrales de las tesis libertarias son disímiles en
temas fundamentales tales como la aceptación o el rechazo de la protección de
la salud pública como un requisito de justicia social.
Autores como Rawls o teóricos de la talla de Amartya Sen y Martha Nussbaum lo exponen como una
alternativa de protección del derecho y condición necesaria de justicia social.
Otras teorías más radicales
consideran que sólo es obligación del estado la protección de los ciudadanos de
los daños que otros pudieran provocarle y las hay incluso aquellas posiciones
llamadas hedonistas y utilitaristas que
justifican la limitación del derecho o simplemente su eliminación.
Robert
Nozick, frecuentemente aludido en la actualidad, en su ensayo “Anarquía, Estado y Utopía” propone un
estado mínimo, donde este no interfiera en la vida de los ciudadanos, con
excepción de un pedido expreso de estos o la existencia de un conflicto entre
partes por lo cual sería ilegítimo repartir bienes sociales ya que no le
pertenecen al estado sino que son propiedad de quienes lo producen. Como
consecuencia esta posición expresa, en el tema que nos compete, la negación del
derecho a la salud pública sustentándose en el principio de la libre elección
individual de planes de vida.
Otros
filósofos como R. Sade y T. Engelhart con diferencias, muchas veces profundas, avanzan
sobre los mismos conceptos de negación al derecho a la salud por parte del
estado concluyendo que el mercado es el mejor regulador posible, dado que es el
único que respeta la facultad de no intervención en la instancia de libre de
elección.
Sin embargo autores que comparten la misma visión liberal global mantienen posiciones más realistas por ejemplo Charles Fried que considera que la salud “debe estar garantizada por un mínimo decente de asistencia sanitaria” fundamentando su posición en que la comunidad debe compartir de forma equitativa los recursos que genera.
En el terreno de la “vida real” considero impracticables
en el momento actual una acción mínima del estado, sino por el contrario, que éste
debe jugar un papel muy activo sin que ello signifique, como bien lo expresa
Luis Fernando Gómez, mínimamente afectar
libertades individuales que son las fortalezas del pensamiento liberal
pero firmemente rechazando la idea del
atomismo individual.
La asignación eficiente y efectiva de recursos en
el área salud expresada en el pensamiento utilitario de la corriente liberal y
tan descuidada por años, debe ser a mí entender el camino inicial correcto que
contemple las actuales necesidades sanitarias de la población y que exprese un
pensamiento liberal práctico, humanista,
doctrinario y no radicalizado, con fuerte realismo y muy cercano a las
necesidades impostergables de los ciudadanos más necesitados.
*Jefe del
Servicio de Clínica Médica- Hospital Escuela Eva Perón
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