Es momento de activar la 3ra DOSIS para los trabajadores de la salud.
Las máximas autoridades sanitarias de los Estados Unidos
publicaron una preocupante resolución que asegura que la protección disminuye
con el tiempo y las nuevas variantes
Dr.
Jorge O Galíndez*
Todos
recordamos que fue durante los primeros meses de este año que comenzó en nuestro país la vacunación y que
fueron los trabajadores de la salud más expuestos los primeros en recibir la vacuna de origen ruso, Spuknik V.
Este proceso
funcionó aceitadamente y pronto la mayoría de aquellos que decidieron vacunarse
completaron el esquema con su segunda dosis.
Como sabemos, los resultados han sido
ampliamente satisfactorios en seguridad y eficacia reportándose muy pocos casos
de infecciones en el sector y muchos menos aquellos con características severas.
Estar frente
a un enfermo ya no es tan grave y el riesgo de contagio junto al inevitable
stress se realiza con mucha menor
presión comparado al año anterior donde sólo se contaba con una compleja
vestimenta como única defensa ante el
virus.
Todos
recordamos con respeto a aquellos que con valor y heroísmo ofrendaron su vida para
cuidarnos.
En esos meses también comenzaron las vacunaciones
a las personas de más alto riesgo, fundamentalmente a los adultos muy mayores alojados
en geriátricos.
Siete meses después de haber sido inmunizados y
ante la conocida presencia de mutaciones con posibilidad de eludir la protección obtenida, recibimos con frecuencia la inquietud sobre la duración de la protección, la conveniencia o
no de una tercera dosis y la factibilidad cierta de obtenerla.
Yo agregaría
unas preguntas más. Porque las máximas autoridades sanitarias dicen que no es
el momento de hablar de las 3ra dosis en nuestro país? De no tomarsse las
previsiones del caso, podrían llegar a encontrarse los equipos de salud en las
mismas condiciones de vulnerabilidad que el año anterior?
Algunas
respuestas están surgiendo desde las máximas autoridades sanitarias de los
Estados Unidos que recientemente han publicado una preocupante Resolución
Conjunta.
La FDA, el CDC
y el NIH han dejado claramente expresado
que "la
protección actual contra las enfermedades graves, la hospitalización y la muerte
podrían disminuir en los próximos meses entre aquellos que fueron vacunados
durante las primeras fases del lanzamiento de las vacunas y que ya existen evidencias suficientes de
que la protección contra el SARS-CoV-2 disminuye con el tiempo y la presencia
de nuevas variantes virales.
La conclusión del reporte recomienda
con firmeza “una inyección de refuerzo
de vacunas ARNm para maximizar la protección inducida por la vacuna y prolongar
su durabilidad a partir de los ocho
meses de la segunda dosis”.
Por otra parte desde el Centro Gamaleya se anunció
recientemente, como consecuencia de la
altísima aparición de contagios con Delta en Rusia, que su vacuna es muy eficaz
contra la variante Delta pero nada ha dicho, según mi conocimiento, sobre su
durabilidad.
Recientemente
se ha publicado un estudio argentino realizado en la Fundación Instituto Leloir
que asegura que si bien la
cantidad de anticuerpos generados tras la vacunación descienden
luego de cierto período, al mismo tiempo se produce un aumento de la
potencia neutralizante contra el SARS-CoV-2 original y sus variantes en función
del tiempo de recibida la vacuna.
El
debate ha comenzado y seguramente seguirá. Sólo aspiro que las decisiones que
se tomen en nuestro país lo sean en tiempo y forma para que nuestros equipos de salud y los más
vulnerables no sean otra vez los primeros en caer.
Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital
Escuela Eva Perón
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