EL
FUTURO DE LA OBSOLETA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
UNA NUEVA OPORTUNIDAD QUE
DEPENDE DEL G7
Dr.
Jorge O. Galíndez*
Cuando un simple pinchazo en el
hombro podría evitarlo, la tan temida posibilidad de la muerte que el Coronavirus
provoca, nos obliga a reflexionar seriamente
sobre la necesidad de generar e impulsar un nuevo orden, una nueva organización de alcance global que
brinde respuestas más rápidas, más efectivas y más contundentes que modifiquen
substancialmente las calamidades sufridas
por la humanidad en su conjunto en cada rincón de nuestro planeta.
Ejemplos sobran de las medidas
insuficientes adoptadas ante la emergencia por países mejor preparados que
nosotros como así también de la manifiesta desorientación de la clase política
y académica ante los desafíos de la pandemia.
¿Quién no ha percibido que la
Organización Mundial de la Salud no ha estado a la altura de las circunstancias desde
el mismo inicio de la pandemia?
Cuando la situación era todavía
controlable fue notoria su lenta respuesta a los acontecimientos, plasmada
en los inaceptables retrasos
en reconocer que la transmisión viral era posible entre humanos y también lo fue
en la dilatación en declarar la Alerta Sanitaria Global demorando así el cierre
de fronteras y la suspensión del tráfico aéreo que tantas vidas hubieran
ahorrado.
En las
más altas esferas del poder político internacional las respuestas que se
encontraron para explicar éstos y otros desatinos, como fue la demora en enviar con más rapidez expertos para investigar el controvertido
origen del virus afirmaban
que las máximas autoridades de la OMS
estaban firmemente alineadas con las posiciones chinas desde mucho antes de la pandemia.
¿Qué duda cabe que ante esta reprochable situación
de sospecha generalizada los países miembros se sintiesen a la deriva y obligados a tomar difíciles decisiones en
soledad careciendo de la guía y el respaldo que la OMS debió significar?
Con la mirada puesta en el
futuro se plantea hoy la creación de una
Convención Mundial de Seguridad en la Salud Pública que debería constituirse en
referencia insoslayable para una acción
colectiva, unificada, respaldada y
apoyada por todas las naciones.
Este nuevo “Gobierno Mundial en
relación a las Pandemias” ha sido pensado como una institución independiente de
toda influencia, con capacidad de
respuesta objetiva, rápida, y fundamentalmente, con financiación propia y
sustentable que le permita superar ágilmente los obstáculos que las
paquidérmicas burocracias y los intereses políticos contrapuestos
históricamente han generado.
Es de esperar que durante las
reuniones técnicas posteriores al G7, se
produzcan decisivos avances en la reorganización de los Sistemas de Salud
Globales especialmente en lo que respecta a Emergencias y Catástrofes contribuyendo
de esta manera, a evitar la repetición
de situaciones tan dramáticas y oscuras como las vividas, y prepararnos para afrontar
los nuevos desafíos con una visión multidisciplinaria, multicultural, unánimemente
aceptada, respetada y alejada de toda
sospecha.
Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital
Escuela Eva Perón, de Granadero Baigorria.
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