LA EXTRAÑA SENSACION DE SABERME VACUNADO
Dr. Jorge O. Galíndez*
Con manos inseguras abrí el mail enviado por el laboratorio con los resultados de los anticuerpos. Sí bien toda la información disponible me indicaba que iban a ser favorables necesitaba la ratificación escrita, el dato concreto!
Cuando observé la palabra
REACTIVO tuve una extraña sensación, difícil de relatar, que expresaba una
mezcla de alegría e inmediatamente un gran signo de interrogación! me faltaba todavía
ver los análisis de mi esposa para completar la tarea. A decir verdad, los leí
más confiado y con mayor tranquilidad pude observar otra vez la mágica palabra,
REACTIVO.
La pesadilla había terminado!
Habrá terminado?
Ha pasado más de un mes de mi
segunda dosis y todavía estoy tratando de acostumbrarme a eso de “estar
vacunado”. Mi vida no ha cambiado demasiado respecto al último año, sigo usando
barbijo, trato de mantener el distanciamiento, no salgo mucho pero, eso sí, no me privo de abrazar y besar a mis seres más
queridos de los cuales he percibido la emoción irrefrenable que nos
invadió la primera vez que nuestros
cuerpos volvieron a acercarse.
Sin embargo, siento que interiormente
el virus ha colonizado nuestras mentes y que nos ha dejado para mucho tiempo
la indisimulada desconfianza hacia “los
otros”. Vayan como ejemplos nuestra postura hacia alguien que se nos acerca
demasiado, tose esporádicamente o simplemente lleva el barbijo en forma
descuidada.
Cómo explicar una charla con un
colega, también vacunado, a quien saludé con un choque de puño y donde ambos
nos mantuvimos distancia y con barbijo mientras duró la reunión. Tiene lógica?
Pero no se trata sólo de una
sensación personal. Ocurre que pocas veces en la historia de la humanidad se ha
visto tamaña situación de desigualdad donde cientos de miles de personas se
encuentran en serio riesgo de enfermar gravemente conviviendo con un minúsculo
grupo que, por distintas razones, ya superaron esa instancia.
Otra vez, como en los años
ochenta cuando atendía a los primeros infectados de HIV en Rosario, la vida me
enfrenta a situaciones donde no hay libros que leer ni maestros para consultar.
Esta nueva normalidad tan cruel de saber
que “yo estoy vacunado y vos no” me obliga a una profunda meditación en
búsqueda de una respuesta que la sociedad empieza a necesitar para poder
aceptarla y yo siento el deber de encontrarla.
Por ahora sólo sé que mi condición de
“vacunado” en nuestro país es hoy
por hoy un verdadero privilegio de unos pocos y eso crea en mí una
mayor responsabilidad y una íntima necesidad de comprender y asistir a aquellos
con los que diariamente convivo que
todavía esperan ansiosos la definitiva respuesta que, a mi manera de ver, ya
está tardando demasiado en llegar.
Finalmente debo decir que me
reconfortan las cada vez más frecuentes evidencias
publicadas sobre los excelentes resultados obtenidos en vacunas alrededor del
mundo -sirvan como ejemplo las publicaciones
de la revista The Lancet sobre la fuerte respuesta humoral y celular de las
vacunas y que corrobora JAMA (Journal of the American
Medical Association) en un reciente artículo con similares resultados.
Sin embargo cada
vez me convenzo más de que esa vieja y querida “normalidad”, no ha de
volver por mucho tiempo y que aunque así fuera no estoy seguro ya de poder disfrutarla.
De algo no tengo dudas, no es
tiempo de mirar atrás, un mundo nuevo nos espera, allá voy!!
*Jefe del Servicio de Clínica
Médica del Hospital Escuela Eva Perón
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