domingo, 26 de julio de 2020

El Desgaste

EL DESGASTE

Dr. Jorge Galíndez*

La palabra que con más frecuencia vengo escuchando de mis colegas es “Desgaste”.

En ella resumimos las numerosas y distintas vivencias de los últimos meses de trabajo en un Hospital designado como COVID19; es decir, destinado por las autoridades  para atender este tipo de pacientes.

Es bien sabido que nuestra ciudad, hasta ahora, no ha sido impactada fuertemente por la pandemia y que son muy pocos los pacientes internados pero durante éstos últimos meses en nuestro servicio sólo hablamos de ello, de nuestra inexperiencia, de la falta de evidencias internacionales sobre tratamientos exitosos, sobre la inquietud de sí vamos a tener los elementos necesarios para mantenernos seguros, del alto porcentaje de trabajadores de la salud que resultan infectados y sobre todo del MIEDO de llevar el virus a nuestros seres más queridos.

Nuestra realidad ha sido hasta el momento esa sensación de alerta permanente, esa descarga de adrenalina que se siente al estar en  contacto  con el paciente “sospechoso” aquel que nos obliga a esperar muchas horas en esa duda de “sí será o no será”. Quien puede negar la incertidumbre y el desgaste anímico que cada una de éstas situaciones conlleva a la que se suma la certeza que en cualquier descuido todo nos puede pasar.

Nuestra obligación es cuidarlos, cubrirlos, apoyarlos, brindarles seguridad pero también estar alertas sobre los primeros signos de agotamiento que alerten sobre  nuestro tan temido “Burn Out” que dicho sencillamente significa “estar quemados” sin posibilidad de seguir adelante.

Todos hemos visto por televisión el aplauso a los nuevos “héroes” de la pandemia que  enfrentados a desafíos sin precedentes se mantienen firmes en la trinchera pero debemos reconocer que estar en la primera línea de una pandemia global tiene un alto costo psicofísico y que se hace necesario identificar  tempranamente esos sutiles primeros síntomas que tomados a tiempo son totalmente reversibles pero que sí los dejamos avanzar van a afectar severamente su  futuro personal y profesional.

 El autoexamen, la visión de nuestra familia y de los compañeros de trabajo nos va a ayudar a detectarlos.

Volverse más apático, más retraído, más descuidado, extraviar elementos de trabajo, olvidos de compromisos son sólo algunas de las muchas alertas que debemos reconocer para nuestra más rápida respuesta.

Quiero finalmente, realizar un aporte que estimo fundamental para mitigar nuestras cambiantes y desafiantes sensaciones cotidianas y aconsejar, sí se me permite, una premisa para estos tiempos de pandemia.

 Reemplacemos la elevada autoestima que  sentimos al ver mejorar o curar a nuestros pacientes por la gratificante sensación del deber cumplido y del esfuerzo realizado, olvidándonos, aunque sea por ahora, de los inciertos resultados.

 

*Jefe del Servicio de Clínica Médica. Hospital Escuela Eva Perón


Ya hay 1.716 Médicos y trabajadores de la Salud infectados con Coronavirus.

Trabajo publicado el 26 de  febrero de 2020

No fue escuchado por quienes tenían obligación de hacerlo 


Ya hay 1.716 Médicos y trabajadores de la Salud  infectados con Coronavirus.

Prof. Adj. Dr. Jorge O. Galíndez*

Esta inquietante noticia emitida por La Comisión Nacional de Salud de China este fin de semana tuvo inmediata repercusión entre los profesionales de todo el mundo y gran repercusión en los principales medios de difusión internacionales.

Es alarmante el alto precio que están pagando no sólo médicos sino todo el personal hospitalario que está al frente de la epidemia en los lugares de mayor impacto.

En la provincia de Hubei hay 1.502 trabajadores médicos infectados, de los cuales 1.102 están en la capital de Wuhan que sí se compara con los 1,002 trabajadores de la salud afectados en TODA China Continental reportados por la OMS a lo largo de todo el brote del SARS 2002-2003 y superando el total mundial de trabajadores de la salud enfermos, lo que a las claras significaría un irrefrenable pronóstico para los próximos meses.

 Los informes de este asombroso número de casos han renovado las alertas alrededor del mundo. China ha ordenado el despliegue de 2600 especialistas más a la Región lo que hace un total ahora de 6600 profesionales, superando por mucho la respuesta a la epidemia mencionada más arriba.

Ante esta situación se hacen imprescindibles concretas acciones globales sugeridas por la OMS y de las cuales nuestro país no debe estar ajeno y que nos permitimos enumerar a continuación:

-        Entrenar al personal “lo antes posible”.

-        Disponibilidad, sostenibilidad y producción en masa de los Equipos de Protección Personal (EPP) que van mucho más allá que el uso de barbijos.

-        Prepararlos para el impacto moral y para afrontar las preocupaciones familiares que la situación conlleve.

-        Discutir el deber de servir y las consideraciones éticas para todos los trabajadores de la salud.

-        Desarrollar las planificaciones de crisis para la atención inmediata de aquellos que se enfrenten con el virus.

Este nuevo desafió encuentra a nuestro país en una condición ideal dado que hemos tenido el tiempo suficiente para planificar el accionar ante casos sospechosos o confirmados.

Sería lamentable que malgastemos esta ventaja.

*Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón de Granadero Baigorria.