martes, 26 de diciembre de 2017


Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud
Evitará las tan costosas judicializaciones?

Profesor Adj. Dr. Jorge Galindez


Conflictos cada vez más frecuentes entre pacientes, familiares, prestadores y financiadores de la salud terminan con frecuencia en  manos de la Justicia.

Vayan como ejemplo los pedidos -generalmente mediatizados- de enfermos que como última oportunidad de vida apelan a estudios y tratamientos que se realizan en otras partes del mundo cuya efectividad no está demasiado clara y su costo inalcanzable por lo que a través de Recursos de Amparo le solicitan al Ministerio Público, su Obra Social o su Prepaga que corran con los gastos de traslado, estadía, costos sanatoriales y honorarios profesionales.
La respuesta de los financiadores de Salud suele ser negativa basándose en cuestiones técnicas -muchas veces atendibles- pero que resultan odiosas ante la opinión pública.

Es obvio que presentado así la situación, todos en general nos inclinaremos hacía el que sufre, el más débil.
Cuando éstas situaciones llegan a un Juzgado los tiempos se presentan escasos por lo que muchas veces  las decisiones finales se deben tomar sin el auxilio y evaluación de expertos que con imparcialidad -sí es que ésta existe-  y fundamentalmente, sólida evidencia científica respalde lo solicitado o demuestre que ha sido un ardid más de los no pocos inescrupulosos que lucran con el dolor ajeno.

Cobertura Universal de Salud (CUS)

El 3 de agosto de este año se publicó en el Boletín Oficial de la Nación el Decreto 908/2016 que da cuenta de la Creación de la Cobertura Universal de Salud (CUS), un nuevo intento de zanjear y evitar las más que evidentes  desigualdades  en la oferta y satisfacción de los requerimientos asistenciales de la población, tanto en lo que hace a su accesibilidad como a su calidad.

Esta propuesta viene avalada nada menos que por la  Organización Mundial de la Salud que ya hace más de tres años y a través de  Directora General en su discurso ante el pleno de la 65 Asamblea Mundial de la Salud que tuvo lugar en Ginebra, Suiza dijo que “la cobertura universal es el concepto más poderoso que la salud pública puede ofrecer. Representa el medio de lograr mayor eficiencia y mejor calidad, y puede quitarnos de encima el peso aplastante de las enfermedades no transmisibles que actualmente agobia al mundo. La cobertura universal es el concepto general que exige soluciones a los mayores problemas con que se enfrentan los sistemas de salud”.

Dentro de este marco, se ha enviado al Senado de la Nación el Proyecto de creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (ANETS) especialmente pensada para sugerir a los prestadores e informar a los usuarios de los datos científicos que  avalen las distintas prácticas, no unánimemente aceptadas y que han ido creciendo geométricamente en los últimos años.
El diseño burocrático que se propone está basado en el análisis de experiencias positivas de otros países junto a la recomendación de organismos internacionales como la OPS y la OMS.

Un Directorio y dos Consejos
De transformarse en Ley la ANETS estará integrada por un Directorio a cargo de profesionales de acreditada idoneidad y prestigio que serán designados por el Poder Ejecutivo Nacional.
Un Consejo Asesor –integrado por representantes de Instituciones Académicas, Científicas, Productores de Tecnologías, Agremiaciones Médicas, ONG´s, del Consejo de Obras Sociales Provinciales y profesionales de reconocida trayectoria.
Un Consejo de Evaluación, conformado por un miembro de la Defensoría del Pueblo de la Nación, de la Superintendencia de Servicios de Salud, de los financiadores de salud del Sector Privado, de los agentes del Sistema nacional del Seguro de Salud y de cada una de las regiones del Consejo Federal de Salud.
El dato más relevante es que sus decisiones tendrán un carácter vinculante con la Justicia, lo que en principio es un hecho muy auspicioso.


Sí se logra que  la ANETS se convierta en un organismo técnico relevante, prestigioso y creíble para todos los actores del sistema se habrá dado un paso muy importante en la búsqueda de la tan ansiada equidad del sistema de salud en su conjunto.

viernes, 8 de diciembre de 2017

   “Una experiencia para compartir“







Dr.Jorge O. Galíndez
Ps.Silvina Vázquez

       Cuando de complejos y prolongados tratamientos se trata, la adherencia a los mismos se visualiza como una pieza clave para su éxito.
En el campo de la infección por el VIH lograr ese objetivo ha sido un continuo desafío con frecuentes fracasos, sobre todo en aquellos tiempos, no tan lejanos, en que la respuesta científica se limitaba a ofrecer como única posibilidad la multiplicidad de comprimidos que debía el paciente ingerir, asociados generalmente a la intolerancia y devastación de los efectos adversos que producían.
Ahí es donde aprendimos a innovar sobre la presencia activa del psicólogo en el consultorio del médico, sin reparar en vanas discusiones teóricas o ideológicas  que a nada nos conducían.
Lo que  nosotros teníamos era una necesidad concreta que requería soluciones del mismo tenor y que la práctica finalmente  nos demostró  que estábamos en buen camino.
Hoy la realidad es muy distinta en lo que se refiere a la tremenda respuesta terapéutica que se ha producido. La simplificación de los tratamientos, su menor toxicidad y su excelente tolerancia han cambiado el rostro de la infección e iniciado una tendencia al decrecimiento de la pandemia.
Pese a ello, no hemos cambiado nuestra modalidad de trabajo –médico  y psicólogo juntos- atento a que rápidamente percibimos lo que ya reflejaban múltiples estudios internacionales; la adherencia al tratamiento es una resultante mucho más compleja y  no se soluciona con la simple reducción de la cantidad de comprimidos que el paciente ingiere.
Razón por la cual decidimos mantener nuestro dispositivo de trabajo, donde la presencia del psicólogo en consultorio nos permite y  asegura un desplazamiento hacia el   rescate de la singularidad.
Hoy sabemos que para lograr la total adhesión es imprescindible tener presente su propia historia, dejándolo hablar libremente de sí mismo sin nosotros, emitir juicio crítico.
Con el  paso del tiempo observamos que sus relatos sobre  problemáticas y satisfacciones de vida aparecían nítidamente logrando  que se expresen con naturalidad y confianza frente a ambos.
Nos preocupamos no sólo por lo que el paciente dice sino que, un gesto, una pausa, una mirada perdida, o un comentario del día a día son alertas  que nos  introducen a ese terreno a veces tan resbaladizo de  lo emocional.
Vayan como ejemplos los diálogos sobre la expectativa de una nueva relación,  los miedos sexuales, desencantos o rupturas,  la plenitud de convertirse en madre o en abuela.
Con frecuencia aparece también la ansiedad que provoca la posibilidad de iniciar un nuevo empleo o la intranquilidad  de perderlo.
Muchas veces  nos hemos encontrado  ante las  distintas visiones de lo que escuchamos y en ese momento es donde el psicólogo a través de  la escucha activa interpreta y nos aclara esos núcleos duros que representan la resistencia al tratamiento.
La  mirada, la escucha y la palabra  son  un ejercicio  continuo que mantenemos y resguardamos a lo largo de estos años y cotidianamente.
La elaboración de estrategias en conjunto, para cada problemática individual, muchas veces ha evitado los lamentables abandonos que, como sabemos, tienen como consecuencia directa el fracaso del tratamiento.

La mirada optimista que tenemos sobre un futuro no lejano nos desafía a prepararnos para nuestro nuevo  compromiso que será, como profesionales, acompañarlos a enfrentar el proceso y el impacto que producirá llevarlos a la cura definitiva.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

MEDICINA DE PRECISION

Profesor Adjunto Dr. Jorge Galíndez



Ya hace años que la medicina basada en la experiencia dejó su lugar en la práctica médica a la medicina basada en la evidencia que, con la contundencia de las cifras, los meta análisis incontrastables  y las guías consensuadas  por los más calificados  expertos, nos introdujeron en una modalidad de atención fuertemente ligada por primera vez a la tecnología y las comunicaciones.

Pocos ya discuten el extraordinario paso adelante que esta visión de la medicina aportó a nuestro diario trabajo y que relegó al terreno de la nostalgia esa frase que tantas veces escuchamos de nuestros maestros “...yo, en mi experiencia...”


La velocidad de los acontecimientos en este Siglo XXI nos revela que en poco tiempo más, también la evidencia deberá dejar paso a lo que se ha dado en llamar, la Medicina de Precisión.

Ese nuevo tipo de abordaje  bucea  en las profundidades  genéticas el origen de  las enfermedades decodificándolas y aportando la suficiente información como para modificar dramáticamente, las estrategias terapéuticas hasta ahora conocidas.


Dicho en otras palabras La Medicina de Precisión no es otra cosa que la utilización de herramientas de investigación biomoleculares adecuadas que permitan en los próximos años poder aplicarlas en forma rutinaria en nuestra práctica diaria.

Este nuevo enfoque  basado en tratamientos personalizados a partir de estudios genéticos del paciente es, sin ninguna duda, la medicina del futuro.

Es claro que su puesta en marcha exigirá recursos, organización y comprensión de todos los implicados y, lo más difícil, "un cambio de mentalidad radical" en la práctica clínica.

Sabemos que nada de esto será sencillo ya que exigirá de nuestra parte un cambio absoluto de mentalidad y actitud acompañado de un intenso trabajo de concientización de los distintos actores del sistema de salud como así también de la comunidad en general.

Parafraseando al genetista español Ángel Carracedo, la concepción de la medicina cambiará tanto que incluso las especialidades, tal como hoy las conocemos tenderán a diluirse.

Deberemos acostumbrarnos al fin del estudio de las enfermedades en función de los signos y síntomas que presenten los pacientes y dedicarnos con el Genoma Humano Personalizado a aplicar terapias según el comportamiento genético individual.

Hoy ya no puede sorprendernos la posibilidad de llevar nuestra historia genética secuenciada en un pendrive, pero todavía tardaremos un tiempo para interpretar sus secretos con las técnicas bioinformáticas y computacionales conocidas.


¿Qué beneficios tendrá la medicina precisión?
Sin dudas los  ejemplos más claros y espectaculares se verán prontamente en el terreno de la oncología donde los actuales tratamientos -sí bien efectivos- generalmente se acompañan de múltiples efectos secundarios.

Las nuevas terapias individualizadas mejorarán el pronóstico,  la expectativa y calidad de vida y reducirán al mínimo la toxicidad de los fármacos.

Las generaciones futuras convivirán con una medicina inimaginable para nuestra mentalidad y curiosidad creativa. Sin embargo, es de desear que no se pierda con ella la enorme capacidad “curativa” que representa el médico sentado en la cama de su paciente.

jueves, 27 de julio de 2017

EL Dr. GOOGLE

Prof. Adj. Dr. Jorge Galíndez*


Conviven habitualmente en charlas informales entre colegas; son dichos frecuentes entre amigos y  muy comunes recuerdos compartidos con nuestros pacientes   la disyuntiva no resuelta que se nos presenta ante la opción de elegir entre aquel recuerdo  nostálgico del idealizado  médico que acudía a nuestros domicilios en la argentina de los años 50 y la deshumanización que conlleva el  avance irrefrenable de la tecnología.

En el primer caso, recordamos a ese distinguido y respetable profesional que conocía personalmente a los miembros de la familia y que atendía a todos por igual. Eramos sus pacientes, desde la abuela hasta los niños y porque no, muchas veces  controlaba  también el embarazo de las más jóvenes. 

En lo personal, evoco esos momentos mágicos cuando ansioso esperaba la visita del médico asomado en el balcón de mi casa. Recuerdo perfectamente la curiosidad que me despertaba verle llegar y bajarse de  un poderoso auto, ese que ni en sueños podría yo llegar  a tener.

Eran los tiempos en que previo a su llegada, las amas de casa se preparaban para recibirlo: ponían sábanas y toallas reservadas especialmente para éstos acontecimientos. La visita culminaba generalmente, con un café caliente que el galeno tomaba sin apuro, mientras charlaba informalmente con todo el grupo familiar.

El otro de los relatos, al que hacemos mención en la disyuntiva planteada al inicio de éste ensayo, es algo totalmente opuesto a ese retrato del pasado. Remeda el caso de gran cantidad de pacientes y sus familiares que no sólo escuchan la palabra del médico en el consultorio sino que se informan también a través de la formidable herramienta que hoy se nos brinda en forma sencilla y gratuita a través de Internet.

Hoy ya es una realidad, y vaya sí hemos tenido que acostumbrarnos, el ser interrogados sobre nuestra opinión sobre tal o cual cosa que nuestros pacientes han leído en alguna de las innumerables páginas que con información médica versátil o no, están al alcance de un click en los teléfonos inteligentes.

Tampoco ya nos llama la atención  la solicitud de acceder a una “segunda consulta” realizada por prestigiosos médicos extranjeros que, vía skype observan todos los estudios realizados, emiten su diagnóstico y aconsejan la terapéutica que estiman es la correcta.

Que decir de las cada día más frecuentes consultas por Whatsapp!! que con mensajes de texto, fotos y filmaciones nuestros enfermos utilizan, cada vez con mayor frecuencia, para  consultarnos o informarnos en tiempo real y al detalle la evolución de su enfermedad.

Sin embargo, estas dos situaciones planteadas: el médico de familia y el apoyo de la tecnología, pronto podrían pasar a ser obsoletas, ya que lo que realmente está por desplegarse es la definitiva llegada del Dr. Google, como nuestro médico de cabecera.

Es muy posible que en poco tiempo más, lo que hasta ahora es una intermediación brindada por la web entre nosotros y el paciente, evolucione de tal manera que el médico deje de ser necesario y la consulta se realice con el procesador directamente.

Los prototipos ensayados son capaces de interpretar los motivos de consultas, solicitar los estudios complementarios necesarios y -en cuestión de segundos- consultar miles de opiniones de casos similares, analizar resultados, comparar estadísticas y revisar estudios de avanzada.

Finalmente, nuestro médico de cabecera -el Dr. Google- emitirá un diagnóstico y tratamiento avalado por toda una biblioteca virtual que jamás ningún ser humano podría llegar a consultar, así se tomara toda la vida estudiando un único caso.

Quedan ya pocas dudas que en el futuro, el médico aquel que cubría todas nuestras necesidades y expectativas va a ser reemplazado por este nuevo actor de la medicina con capacidad técnica para solucionar todos nuestros problemas orgánicos.

Paralelamente habremos desechado definitivamente nuestro tan resguardado tesoro -la relación médico-paciente- que con su enorme efecto contenedor suplió durante siglos toda nuestra ignorancia.


*Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón.

viernes, 2 de junio de 2017



En marzo de este año escribí mi Editorial

                                  Quo Vadis Cambiemos?


 Hoy cobra suma actualidad!! Este es el Resumen

Como en el resto del país, en Santa Fe, la alianza Cambiemos debería realizar este año una
mejor elección comparada con la que en el 2015 llevó a Mauricio Macri a la Presidencia de
la Nación. La campaña de legisladores emerge sin el glamour de las presidenciales pero con
la clara misión de ser exitosa,
Tanto La Mesa Provincial, sectores del Radicalismo, La Fundación Pensar, La Coalición
Cívica-ARI y El Partido Fe han realizado sus plenarios de dirigentes durante los meses
pasados sin tomar definiciones tácticas ni estratégicas conocidas con vistas a las elecciones
de este año.
Encuestas locales y nacionales recientes indican un fuerte cambio en la actitud de la sociedad.
Andrés Mautone & Asociados publica en marzo que en Rosario el 46% de los encuestados
desaprueba la gestión del presidente Mauricio Macri y Management & Fit aporta números
globales parecidos. No deja de ser preocupante que sólo algo más de la mitad de los que
votaron a Macri volverían a hacerlo y que el 24% directamente no lo votaría otra vez.
Sí bien es cierto que estas cifras pueden cambiar, sólo lo harán sí por otro lado – a mi
entender- se modifican las estrategias hasta ahora ineficaces propuestas al electorado.
Sí llegamos al día de las elecciones en paridad con nuestros dos principales adversarios allí
es donde se verá con tremenda claridad el cómo se ha trabajado localmente.
Entonces, debemos seguir igual, arropándonos en lo que se hace en el centro del poder,
homogeneizándonos, “twitteando” fotos con buenas intenciones y cerrando el círculo, cada
vez más pequeño de los dirigentes?
No habrá llegado la hora de cambiar de actitud, discurso y actores? Yo me pregunto, acá en
Santa Fe no pasó nada!? Que preferimos, la tranquilidad pueblerina de una lista
“consensuada” en la Casa Rosada entre el poder central y unos pocos referentes locales o
abrir las puertas de las PASO asegurando la igualdad de presupuestos técnico-económicos
para todos los que compitan?
Mi tranquilidad es decir lo que veo, siento y presiento, de la manera que puedo y sé, con el
único objetivo de aportar desde adentro a la victoria electoral.

lunes, 29 de mayo de 2017

EL PACIENTE QUE NUNCA OLVIDO.

“Libertad, tengo friito...”



Por alguna extraña razón, o no tanto, hay pacientes que han quedado grabados en nuestras mentes y que recurrentemente sin mediar razón alguna surgen en nuestros pensamientos para recordarnos esos momentos en el que nuestros caminos se cruzaron por un corto lapso y que ya nunca más pudimos dejarlos ir.

Nada de esto sucede en forma deseada o planificada, todo lo contrario, y seguramente cuando los acontecimientos ocurrían no percibimos ni imaginamos la importancia que esos momentos iban a tener y el lugar privilegiado que ocuparían en nuestros recuerdos.

Difícilmente sea un sólo paciente el que se instaló definitivamente en nuestra conciencia pero tengo la seguridad de que sí tuviéramos que elegir uno, seguramente pocos dudarían cual fue ese paciente que nunca olvidaremos.

De la charla con muchos colegas sobre el tema surge mayoritariamente que ese recuerdo está íntimamente ligado a una sensación de culpa relacionada con algo que hicimos, dejamos de hacer o a una equivocación lamentable.

Otros evocan situaciones trágicas y tan inexplicables e injustas que sellaron una imagen, una palabra o un gesto, en nuestra conciencia para siempre. Los menos evocan situaciones graciosas, enredos propios de una comedia o escenarios difíciles de explicar para alguien que no vivió el momento. Sin embargo, todos coinciden que son “cosas” de las que nunca hablan incluso con sus más cercanos.

Durante años me he preguntado porque nuestro intelecto eligió ese momento, ese detalle o esa anécdota cuando seguramente hubo numerosas situaciones que acontecieron con características similares o incluso más contundentes que esta que nos persigue en el tiempo.

Herida narcisista! pontifica un colega recordándome las tres “ofensas” infligidas al orgullo y a la vanidad de los hombres. 

La primera -la planetaria- fue cuando tomamos conciencia que la tierra no era el centro del mundo; luego, la zoológica, cuando hubimos que aceptar que el ser humano tuvo su origen en el reino animal y la tercera, a la que aludía nuestro amigo, es la generada por el psicoanálisis, que en una extrema simplificación nos revela que no somos dueños de nuestras motivaciones, y obramos en función de designios ignorados.

Tomar conciencia que no somos todo lo perfecto que nos imaginamos nos afecta profundamente tanto como a aquel Narciso, de la mitología griega que, a fuerza de mirar su reflejo en un lago acabó por caerse dentro y morir ahogado.


Daniel O., fue un niño de seis años que a fines de los años 70 recibimos en nuestra Sala de Terapia Intensiva derivado de una pequeña localidad, donde había sido intervenido originariamente por una simple apendicitis.

Ingresó muy grave, fue reintervenido en diversas oportunidades y su posoperatorio fue una constante sucesión de complicaciones que pusieron a prueba todos nuestros esfuerzos y conocimientos para salvarle la vida durante casi dos meses.

Cuando ya todos creíamos en nuestro éxito y estábamos seguros de que su mejoría era definitiva una madrugada, como cualquier otra, llamó a la enfermera y le dijo “Libertad, ese era su nombre, tengo friito” y sin dar tiempo a nada se nos fue de entre las manos para siempre…

Este es el paciente -que yo- nunca olvido.



Prof. Adj. Dr. Jorge Galíndez

Jefe de Servicio Clínica Médica