lunes, 27 de marzo de 2017

Del  “Ojo Clínico” a las Ciencias Omicas

Profesor Adjunto Dr. Jorge Galíndez*

1974.-Abrió la puerta de la Sala de Terapia Intensiva, miró un paciente que yacía en una cama frente a él y sin mirarnos dijo “Este paciente tiene un Edema Agudo de Pulmón”.
En segundos estábamos alrededor del enfermo mientras el médico de guardia que lo auscultaba, confirmaba lo predicho por nuestro docente.
Nuestra capacidad de asombro estaba colmada! Nos hallábamos  en presencia de un médico extraordinario! No nos hacía falta nada más para considerarlo nuestro guía en la carrera que recién iniciábamos!
Cierto es que después de ver unos pocos pacientes en situaciones similares cualquiera de nosotros podía repetir el diagnóstico ocular de esta clásica patología. Habíamos desarrollado, “El ojo clínico”.

2016.- La Biología Molecular  permite  llegar a la profundidad de los elementos básicos que conforman nuestro organismo, contamos con estudios de imágenes que detectan alteraciones mínimas e incluso pueden  amplificar aquellas indetectables para el ojo humano.

Vaya sólo como un ejemplo del desarrollo de la tecnología diagnóstica actual el enorme impacto en el campo del análisis de la funcionalidad celular y en sus aplicaciones biotecnológicas a través de lo que se ha dado en llamar conjuntamente “la Era Omica” que agrupa a la genómica, la proteómica, la transcriptómica y la metabolómica.

Su integración genera  conocimientos hasta hace poco desconocidos, todo a través del rastro genético que detectan y que, correctamente interpretados, nos introducen de lleno en el campo de la Medicina de Precisión.

En poco tiempo más muchas patologías de difícil diagnóstico, complejos tratamientos y mal pronóstico serán observadas antes de que se pueda detectar el menor indicio, por cualquiera de los métodos actualmente conocidos.

Esta verdadera revolución en el ámbito de la medicina que conlleva -sin dudas- un cambio de paradigmas, permitirá que con terapéuticas absolutamente novedosas se pueda “curar” a los pacientes de enfermedades que no tengan pero que seguramente hubieran estado destinados a padecer.

Desde ese ojo clínico que llegaba, aún en los más experimentados profesionales, a reconocer signos de patologías casi siempre en estados avanzados a solucionar patologías antes que siquiera pudieran haberse sospechado de otro modo, han transcurrido sólo unos pocos años en la historia de la humanidad.

La medicina de los próximos decenios es inimaginable pero yo recomiendo intentar mantener esa mística que nos rodeaba, no ya para que nos otorgue un poder terrenal superior, perdido definitivamente, sino porque creo firmemente que siempre el paciente necesitará el “arte” del médico como bálsamo para sus pesares.

*Jefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Escuela Eva Perón. Gro Baigorria, Santa FE. Argentina




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